• Los avances tecnológicos han traído consigo un sin número de ventajas y facilidades a la vida moderna. Sin embargo, la digitalización de la información también ha traído importantes riesgos en materia de seguridad informática. La infraestructura tecnológica sobre la que se soportan las funcionalidades digitales hace necesario considerar las amenazas de seguridad a las que se puede estar expuesto.
• Debido a que existen datos que por su naturaleza desean ser conservados (sean personas naturales o instituciones que dependen de ellos para operar) y que ahora se encuentran almacenados de forma digital, la criminalidad informática ha encontrado un nuevo nicho para operar.
• Desde hace algún tiempo, modalidades como el Ransomware se han convertido en los mayores retos en materia de ciberdelincuencia. Ese término se refiere, de manera amplia, a algunos tipos de malware empleados para extorsionar digitalmente a víctimas a cambio de un pago. Es decir, hace referencia a clases específicas de software malicioso que realiza un encriptado sobre la data para luego solicitar un “rescate” para “liberar” la información.
• En las últimas semanas ha sido noticia mundial un tipo de ataque de Ransomware denominado Wanna Cry que, según los análisis, ha logrado infectar y secuestrar de manera masiva la información de más de 200.000 sistemas operativos de equipos en empresas, entidades gubernamentales, hospitales, bancos y universidades de 120 países. Este tipo de ataques masivos y de gran impacto no deben generar un pánico generalizado sino, por el contrario, un aprendizaje de las personas y organizaciones frente a la necesidad de tener una mayor conciencia en relación con la importancia de la seguridad de la información.