En estos días comienza la negociación entre trabajadores, empresarios y gobierno nacional para definir el valor del salario mínimo que regirá el año entrante.
El contexto económico en que se dará esta discusión es complejo. De una parte, la economía sufre una desaceleración pronunciada, que se agudiza como efecto de la crisis financiera internacional. De otra parte, la inflación de este año será la más alta desde 2001, aunque probablemente comenzará a converger hacia las metas.
Este entorno sugiere que en la negociación debe primar la prudencia para minimizar, en primer lugar, el impacto adverso que la desaceleración tendrá sobre el mercado laboral y, a través de él, sobre el bienestar de la población. Y, en segundo lugar, para evitar que la alta inflación de este año perdure por una indexación de precios introducida por la vía salarial.
En esta Semana Económica, luego de revisar el esquema de determinación del salario mínimo, planteamos algunos elementos que podrían utilizarse como guía en la negociación.