La inflación al consumidor desbordó por segundo año consecutivo en 2008 el rango meta establecido por el Banco de la República (BR), mostrando resistencia a la baja.
La inflación internacional, en contraste, ha comenzado a descender, haciéndolo más rápido en las economías industrializadas y menos en las emergentes.
Del análisis de los resultados del año pasado se deduce que la descongelación del precio de la gasolina y una importación más libre de los alimentos, en conjunto, permitirían quebrar más rápido la inercia que impide una convergencia de la inflación doméstica y las expectativas hacia las metas.
Asegurada la convergencia, la política monetaria contaría con un mayor espacio para estimular la actividad y la generación de empleo, en una coyuntura de desaceleración pronunciada y con un balance de riesgos desfavorable al crecimiento.