• Así como las personas debemos estar preparadas ante un evento catastrófico, las organizaciones deben contar con planes para gestionar todas aquellas situaciones de crisis que afecten potencialmente la prestación de sus servicios parcial o totalmente. En este sentido, todas las instituciones, independientemente del sector, deben contar con un Plan de Continuidad del Negocio (BCP) en el que se identifiquen los potenciales riesgos a los que se ve expuesta su operación y establecer protocolos de actuación ante la materialización de los mismos.
• Las entidades del sector financiero, particularmente los bancos, cuentan con robustos Planes de Continuidad del Negocio, que además de ser puestos a prueba de manera frecuente, también permiten la revisión de los protocolos de actuación ante un evento de crisis de sus proveedores críticos y son retroalimentados constantemente.
• Sin embargo, los últimos casos de eventos de crisis de gran dimensión han mostrado que, para atender las necesidades de la población, puntualmente en materia de provisión de efectivo y más allá de los planes de continuidad con los que cuenta cada entidad, se hacen necesarias estrategias de actuación que involucren a todo el sector financiero.
• Es por esto que es importante ir involucrando en los protocolos de gestión gremial a múltiples actores que son fundamentales ante una situación de crisis, pues estos pueden resultar de gran apoyo ante una situación de esta naturaleza. De igual forma, más allá de establecer instancias de coordinación gremial, es primordial avanzar en la definición de protocolos de actuación y de coordinación frente a un incidente de alto impacto.