- El marco regulatorio que rodea el régimen de protección al consumidor financiero (en adelante “consumidor”) ha venido cobrando relevancia en los últimos años, gracias a la entrada de nuevos jugadores al mercado, la ampliación de portafolios de servicios, la incorporación de nuevos canales y, en general, a la acelerada transformación digital, que exige cada vez más, mayores estándares de regulación y supervisión.
- El rol que desempeña hoy el consumidor ha supuesto una serie de desafíos de cara a los proveedores de bienes y servicios financieros y a la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), como ente supervisor, en la medida en que se reconoce que este requiere de medidas que generen simetrías en la información y que contribuyan a su protección.
- En Colombia, los esfuerzos por dotar de medidas de protección al consumidor han sido significativos. La facultad de la SFC para establecer cláusulas y control a prácticas abusivas, la figura del Defensor del Consumidor Financiero (DCF), la implementación del Sistema de Atención al Consumidor Financiero (SAC) y las facultades jurisdiccionales otorgadas a la SFC, representan apenas una muestra de tales esfuerzos, que se adecúan al dinamismo de las relaciones contractuales.
- Actualmente, los esfuerzos no sólo se centran en la búsqueda de un marco regulatorio más amplio, sino en elevar los niveles de información y educación financiera, a través del desarrollo de programas e iniciativas que proporcionen al consumidor la confianza suficiente para la toma de decisiones que satisfagan sus necesidades.