Bogotá, 28 de enero de 2022
- Al cierre del tercer trimestre, el saldo total de la cartera y anticipos de las operaciones de leasing llegó a $61,8 billones.
El más reciente Informe Trimestral de Leasing de Asobancaria reveló que el leasing sigue posicionándose en el país, al punto que, a septiembre, se consolidó como el cuarto producto de crédito más utilizado en el sistema financiero colombiano. En total, el saldo de las operaciones de leasing alcanzó los $61,8 billones (11,1% del total de la cartera), lo que implicó un crecimiento en saldo de $3 billones frente al saldo presentado un año atrás.
Adicionalmente, el informe mostró que los nuevos contratos de leasing sumaron $11,46 billones entre enero y septiembre de 2021, lo que es un crecimiento de más de $3 billones frente al mismo periodo de 2020 y de $1,85 billones al compararlo con los primeros nueve meses de 2019.
Por modalidad, el arrendamiento operativo continuó mostrando un comportamiento sólido, ya que alcanzó los $3,39 billones y tuvo un crecimiento de real anual 24,11%, principalmente impulsado por los vehículos.
La segunda modalidad con mejor comportamiento fue la del leasing habitacional, que ascendió a $23,10 billones, y alcanzó un crecimiento real anual de 10,69% al cierre del tercer trimestre del 2021.
Por otro lado, la cartera de leasing financiero alcanzó los $30,85 billones en este mismo periodo, lo que equivale a un decrecimiento real anual de 2,61% y crecimiento nominal en el saldo de $540.000 millones respecto a septiembre de 2020.
“El significativo dinamismo del arrendamiento operativo refleja la transición hacia modelos productivos donde el empresariado prefiere el pago por uso, frente a ser dueño de los activos. Esta tendencia ha demostrado ser ventajosa en rubros como el de vehículos, y el de equipos de cómputo. Desde Asobancaria seguiremos acompañando la reactivación empresarial en coordinación con nuestros agremiados y el Gobierno Nacional”, explicó Guillermo Alarcón, director de Vivienda y Leasing de Asobancaria.
Finalmente, el editorial de esta edición analiza la potencialidad de este producto para apoyar el desarrollo del agro colombiano, a través de su rol de financiador o facilitador de activos para soportar acciones encaminadas a mejorar la productividad del sector.