La evolución reciente de las perspectivas y el optimismo que prevalece en los mercados financieros han mejorado de manera notable el entorno internacional. No obstante, persisten todavía riesgos importantes sobre la recuperación de las economías avanzadas, como un mayor desapalancamiento global.
En Colombia, las trayectorias de corto plazo del PIB y de los indicadores líderes muestran que la desaceleración en la economía es cada vez menor. Para consolidar esta tendencia incipiente de caídas cada vez más leves hasta la recuperación, resulta fundamental que persista el impulso monetario y que se acelere la ejecución del gasto público, mientras comienzan a responder la demanda privada y las exportaciones.
Gracias a los buenos fundamentales macroeconómicos, entre ellos el buen comportamiento del sistema financiero, y a las adecuadas políticas públicas, la economía colombiana ha mantenido la confianza de los agentes domésticos y los inversionistas internacionales.
La preservación de esta confianza ha permitido que los mercados financieros funcionen de forma adecuada y que los precios de los activos se hayan ajustado al choque externo, sin generar traumatismos que entorpezcan la recuperación.
Es previsible, por tanto, que las actuales posturas de las políticas fiscal y monetaria se mantengan y que, en consecuencia, la caída de la actividad en 2009 sea más moderada que lo estimado al comienzo para la economía colombiana y que se consolide una lenta recuperación en 2010.