En lo corrido de 2010 las perspectivas de la recuperación mundial han mejorado. La actividad económica se aceleró globalmente por encima de lo esperado, la confianza de los consumidores y los inversionistas se afirmó de manera generalizada, el comercio internacional se reactivó, subieron los precios de las materias primas y se reanudaron decididamente los flujos de capital hacia las economías emergentes. Hasta hace poco la incertidumbre en los mercados financieros había cedido, la tolerancia al riesgo aumentado, las bolsas prolongaban una pronunciada tendencia alcista desde el año anterior y la mayoría de las monedas se fortalecían frente al USD.
Sin embargo, recientemente surgió un temor creciente sobre la solvencia fiscal de algunas economías europeas –Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España–, que amenaza la calma en los mercados. Si alguna de ellas incurre en una moratoria de su deuda pública, , por la elevada exposición de los bancos europeos, perturbará la estabilidad financiera en Europa y frenará su lenta recuperación. Si ocurre un contagio extendido al resto del mundo, puede precipitarse otra crisis financiera que, en caso extremo, trocaría la recuperación mundial en una recesión de doble caída, a la manera de una “W”.
En cualquier caso, mientras se estabilizan esas economías y disminuye el riesgo de contagio, habrá una mayor volatilidad en los mercados internacionales. Por eso, para prevenir desvalorizaciones de los activos domésticos, aumentos imprevistos del riesgo soberano, depreciaciones abruptas de las tasas de cambio y fugas indeseables de capital, conviene que las economías emergentes preserven la disciplina fiscal. Colombia ha sido previsiva en este sentido, evitando una profundización imprudente de su déficit fiscal, que cuestionaría la sostenibilidad de su deuda pública. Sin embargo, en el mediano plazo requiere reformas estructurales –pensional, laboral, tributaria y al régimen de salud público– para blindar nuestra economía a estos choques externos, desencadenados por la insolvencia fiscal de otras naciones. Esas serán tareas primordiales para el próximo gobierno.