Debido a la alta concentración de las exportaciones de bienes en unos pocos destinos –Estados Unidos, Comunidad Andina de Naciones y Unión Europea-, la importancia de los mercados de Venezuela, sobre todo, pero también de Ecuador resulta mayúscula para las ventas externas, la producción industrial y la actividad económica en Colombia. En contraste, su trascendencia como proveedores de nuestras importaciones es minúscula.
En consecuencia, los anuncios de retaliación comercial de estos gobiernos son preocupantes, considerando la modorra de la recuperación de la demanda de nuestros otros socios comerciales y la lentitud esperada de la reactivación del gasto doméstico.
Después de estudiar con algún detalle la composición de los flujos comerciales de Colombia con estas economías, esta Semana Económica concluye que el costo de la retaliación de Ecuador durante 2009 y el primer semestre de 2010 (USD 307 millones), mediante la imposición de dos salvaguardias –una por balanza de pagos y otra cambiaria- no luce preocupante. Sin embargo, el costo del cierre del mercado venezolano para las materias primas y, eventualmente, para otros productos colombianos a partir de 2010 puede resultar considerable (entre USD 2.000 y USD 3.000 millones), especialmente si no es compensado por otros ingresos corrientes o por flujos financieros. En este caso, puede contribuir a aumentar la volatilidad de la tasa de cambio.
Una caída de los ingresos externos el año entrante de esa magnitud aumenta la probabilidad de que el Banco de la República intervenga más activamente en el mercado cambiario o recorte adicionalmente la tasa de interés, para prevenir una mayor apreciación del COP, que puede afectar la competitividad de la producción nacional y retardar la recuperación de la actividad económica.