El impacto de las crisis en el mercado de trabajo depende, por una parte, de la magnitud en la cual se resiente la actividad económica y, por otra, del funcionamiento y características de su entorno institucional. Las instituciones pueden mitigar o amplificar las consecuencias adversas de la desaceleración de la producción sobre el empleo. En el segundo caso, si las instituciones dificultan un ajuste rápido del mercado laboral, una recesión leve puede tener mayores costos que los esperados sobre el empleo y, por esta vía, sobre la demanda. Estos sobrecostos pueden, en caso extremo, constituir una amenaza seria para la recuperación.
Por tal motivo, esta Semana Económica analiza el impacto de la recesión actual en el mercado laboral en Colombia, para determinar si entraña un riesgo para la reactivación. Los resultados sugieren que las consecuencias adversas de la actual crisis son moderadas, comparadas con las que tuvo la de final del siglo pasado. Sin embargo, los cambios institucionales introducidos en las últimas décadas –la doctrina de la Corte Constitucional sobre el salario mínimo y los costos laborales no salariales-, que encarecen el trabajo formal, tienden a magnificarlas. Por tanto, constituyen un obstáculo no despreciable del todo para la recuperación en el corto plazo. La disminución esperada en la demanda por cuenta del mayor desempleo puede significar, por ejemplo, la diferencia entre tener un crecimiento ligeramente positivo o negativo en 2009.
El análisis concluye, en consecuencia, que al reafirmarse la actividad económica convendría estudiar seriamente la necesidad de modificar la financiación de los regímenes de salud, de pensiones y de buena parte del gasto social, para fondearlos con impuestos generales y no con contribuciones sobre las nóminas a cargo de los empleadores. Se requiere también reformar las instituciones laborales, para flexibilizar el salario mínimo real y permitir ajustes más rápidos en el mercado, que minimicen la pérdida de empleo en la parte baja del ciclo. Una reforma institucional orientada en esta dirección permitiría, adicionamente, que el progreso tecnológico contribuyera a reducir la tasa de desempleo natural, acelerando el crecimiento potencial en el largo plazo.