En los últimos años, el sistema financiero colombiano se ha venido concientizando de la importancia de gestionar adecuadamente los riesgos inherentes a sus líneas de negocio. Entre los desarrollos normativos realizados por la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) se destaca el Sistema de Administración de Riesgo Operacional (SARO).
En SARO, se recogen los criterios establecidos y comúnmente aceptados para su adecuada gestión en elementos como: la categorización de los riesgos inherentes a las líneas de negocio, la clasificación de los factores originadores de riesgos y las pérdidas asociadas a este tipo de eventos.
Con el fin de poder realizar un seguimiento más estricto de las pérdidas por RO, la SFC creó una serie de cuentas en el PUC para el registro contable de los gastos e ingresos relacionados con este riesgo. Una revisión de los datos contenidos en estas cuentas indica que las pérdidas por RO totalizaban al cierre de 2009 COP 267.584 millones, lo que representa una disminución anual de 4% frente a los resultados observados al cierre de 2008. Este resultado demuestra que los eventos de riesgo operacional en las entidades bancarias han tenido un impacto menor, y que los controles para mitigar los eventos asociados a este tipo de riesgo, al parecer, son los adecuados.
Los acercamientos en esta materia a nivel internacional, demuestran que la implementación y cuantificación del RO está determinada por la complejidad y la necesidad de los reguladores por tecnificar y robustecer los procesos de gestión de este riesgo. Sin embargo, en Colombia aún existen problemas en el desarrollo de temas como la homogenización de criterios para el registro de eventos y la conciliación entre la contabilidad y las pérdidas de RO, que impiden alcanzar los estándares propuestos a nivel internacional.