El mercado cambiario es una parte fundamental en la actividad económica y financiera del país, debido a que es el mercado mediante el cual se canalizan los flujos hacia dentro y fuera del país, y por ende se constituye en el punto de encuentro de oferentes y demandantes de recursos en moneda extranjera.
Sin embargo, existe la preocupación que algunas medidas de índole macro prudencial, como son los límites a las posiciones en moneda extranjera, han creado distorsiones en el mercado. A pesar de que éstos límites, en un principio, sirvieron para proteger la economía de una excesiva acumulación de divisas, actualmente, se han puesto en contra del mercado, generando anomalías que perjudican la eficiente formación de precios, alejando las sinergias que mueven los tres mercados: el de contado, el de derivados estandarizados y el del mercado mostrador.
Es importante resaltar que más allá de las implicaciones que tienen estas restricciones sobre el balance de los IMC y por ende en la tasa de cambio, las distorsiones en la formación de precios son tan significativas que perjudican en gran medida al sector real, al no poder ofrecerles un mercado eficiente de coberturas.
La experiencia internacional demuestra que es necesario guardar un equilibrio entre los límites inferiores y superiores a las posiciones en moneda extranjera, con el fin de asegurar un margen de maniobra suficientemente grande, que permita un balance entre las políticas de inversiones de las entidades y las normas de supervisión del mercado.
Tratar de mantener las medidas de posición propia es un hecho que va en contravía de los últimos cambios regulatorios, enfocados en modernizar el régimen de inversiones y cambios internacionales, como parte del proceso de modernización que ha emprendido el mercado de valores colombiano. Tal vez la respuesta no está en abandonar completamente el control cambiario, pero si es necesario analizar una alternativa más flexible, para compaginar de forma perfecta la mayor movilidad de flujos de capital con el importante rol de los IMC como canalizadores de éstos hacia dentro y fuera del país.