A pesar de ciertas moderaciones en los últimos dos trimestres de 2015, el subsector de edificaciones volvió a mostrar tasas de crecimiento superiores a las registradas por la actividad agregada. En efecto, durante el primer trimestre de 2016 el valor agregado de las edificaciones creció 10,9% con respecto al mismo periodo del año anterior, superando así los últimos registros comparables y contribuyendo con la mayor parte del crecimiento de 5,2% observado en el sector de la construcción. A su vez, la construcción exhibió una de las mayores tasas de crecimiento sectorial, situándose únicamente por debajo de la industria manufacturera (5,3%).
Este desempeño favorable en términos de PIB se ve reflejado en la evolución de los indicadores de construcción, comercialización y financiación de vivienda, que se han visto especialmente dinamizados por el crecimiento del segmento de viviendas de interés social. Así mismo, cabe resaltar el comportamiento de las ciudades pequeñas e intermedias, que se han convertido en zonas estratégicas para las nuevas obras de construcción residencial, tanto por su oferta de suelo urbanizable como por la todavía amplia demanda por vivienda.
Si bien la menor dinámica de crecimiento económico, que repercute en el ingreso disponible de los hogares, puede verse manifestada en una menor capacidad de compra de vivienda, las condiciones en las que se otorgan los créditos para la adquisición de vivienda siguen siendo favorables, más aún teniendo en cuenta los subsidios a la tasa de interés otorgados por el Gobierno Nacional.
Los resultados positivos que se observan en el sector de vivienda podrían potenciarse en el futuro con una reestructuración del sistema de financiamiento que preserve los incentivos de los distintos agentes involucrados y diseñe nuevas alternativas para avanzar en la inclusión y profundización de este tipo de crédito.