Los establecimientos bancarios son un pilar fundamental para el desarrollo económico. En efecto, la canalización de recursos de agentes superavitarios hacia otros que los requieran, para la ejecución de proyectos, se constituye como la principal línea de negocio y fuente de valor en las entidades.
En Colombia, la industria bancaria se está transformando. La entrada de bancos latinoamericanos al mercado colombiano, la conversión de instituciones financieras locales no bancarias en establecimientos bancarios y la expansión de bancos locales hacia otros países de la región son hechos que demuestran el cambio de estructura del sector. Estos movimientos se explican en parte por las sólidas condiciones macroeconómicas, la baja profundización financiera y el mayor poder adquisitivo de la población.
A pesar de que la banca colombiana es diversa y universal, en cuanto a la cantidad y calidad de productos y servicios que se ofrecen en el mercado de crédito y captación, el segmento corporativo ha predominado. No obstante, en los últimos años el sector ha atendido más a la banca personal, situación que se evidencia tanto por el interés de la industria en implementar diferentes canales de prestación de servicio hacia personas, como por el ingreso de bancos pequeños en nichos enfocados en la modalidad de consumo. Al mismo tiempo que el segmento de microcrédito también se ha fortalecido con la incursión de nuevas entidades.
Con el fin de analizar con mayor detalle este fenómeno de expansión crediticia, en esta Semana Económica se presenta una descripción de la estructura del sistema bancario, y en especial de la composición de la cartera, los canales de prestación de servicio y la presencia geográfica de los bancos, entre otros aspectos. Finalmente, se realiza una revisión de los movimientos de la banca y de sus implicaciones para el desarrollo de la industria bancaria colombiana.