Para Asobancaria, la protección del consumidor y la educación financiera, constituyen dos asuntos de particular importancia. Un sistema adecuado de protección al consumidor precisa de tareas en tres frentes: uno, provisión de información clara y oportuna relacionada con las características, costos y funcionamiento de los productos y servicios financieros; dos, efectividad en el ejercicio de los derechos y deberes de los consumidores y de las entidades bancarias, así como de los mecanismos de protección; y tres, desarrollo de habilidades, conocimientos y actitudes de la población, necesarias para comprender de manera adecuada la información disponible, tomar decisiones acertadas y adquirir hábitos financieros saludables.
En cuanto a la educación financiera, para Asobancaria es un hecho que a la hora de la toma de decisiones no basta con garantizar la disponibilidad de información, como sucede en la actualidad, sino que también es indispensable capacitar a la población sobre cómo utilizarla. Para ello, las instituciones bancarias y el gremio han venido trabajando en el diseño de planes y programas que faciliten que sus consumidores desarrollen las habilidades y destrezas necesarias para el uso adecuado del sistema.
No obstante, estas iniciativas no pueden ni deben ser el único camino para aumentar los niveles de alfabetización de los colombianos. Se considera necesario que la educación financiera esté disponible para todos desde la infancia y en las diferentes etapas de la vida. Para ello, es preciso el diseño de programas con enfoques integrales y flexibles, que satisfagan las necesidades en esta materia de niños, jóvenes y adultos, tarea que solo puede ser liderada por el Estado con la participación del sector privado.
Con el objetivo de avanzar en ese sentido, el pasado dos de febrero se firmó un Convenio Marco de largo alcance entre el Ministerio de Educación Nacional y la Asociación. La meta es que para el 2013, todas las instituciones educativas integren el programa de educación económica y financiera a sus proyectos educativos institucionales.
Ahora bien, a pesar del compromiso de la banca, el reto está en que el desarrollo de esta temática se convierta en un propósito nacional, en el que tanto el sector público como el privado desarrollen un rol activo y se generen sinergias, tal como está sucediendo en otros países.