El Gobierno está preparando una reforma para modificar el régimen tributario vigente. Los estudios sobre éste han establecido que es complejo, poco progresivo, inequitativo, ineficiente, distorsionador, no muy competitivo e inestable. Sin embargo, después de la última reforma de finales de 2010, ese régimen está generando unos ingresos suficientes para garantizar la sostenibilidad fiscal. Por este motivo, la reforma no pretende aumentar las tasas de los impuestos, sino corregir algunas fallas de la estructura actual.
Los esfuerzos deben concentrarse en simplificar el Estatuto, para reducir los costos administrativos de la tributación en Colombia, cerrar los canales de evasión y elusión y aumentar la productividad y eficiencia de los impuestos. Se ha señalado que la reforma contendrá una disminución de la carga tributaria de las empresas, la eliminación de muchos beneficios y exenciones en el impuesto de renta —que ya habrían cumplido sus propósitos— y una menor dispersión en las tarifas del IVA, junto con un incremento de la base tributaria. Menores exenciones y beneficios mejorarían también la equidad y la progresividad. Los mayores recaudos que pueden lograrse con estas medidas quizá permitirían remover en alguna medida gravámenes antitécnicos y distorsionantes. La eliminación de estos impuestos permitiría aumentar la tasa de crecimiento potencial de la economía, disminuir la tasa de desempleo natural y la informalidad, al tiempo que contribuiría a aumentar la inclusión financiera.
La actual estructura tributaria entorpece la actividad y desestimula la innovación financiera. De este modo, dificulta la profundización y la inclusión financieras. En algunos casos el problema es la existencia de impuestos distorsionantes, como el GMF. O en otros, la inexistencia de un marco tributario claro y estable, como en el caso de la inversión de portafolio, las operaciones cambiarias y los derivados. Para remediar algunas de los obstáculos más protuberantes de la estructura actual para el desarrollo financiero, la banca colombiana tiene cinco propuestas que considera importante incluir en la reforma tributaria integral. En primer lugar, es deseable que establezca un marco fiscal claro y no discriminatorio para la inversión extranjera de portafolio. En segundo lugar, es necesario efectuar modificaciones al GMF para que no afecte el costo de las operaciones cambiarias. En tercer lugar, es aconsejable reglamentar el tratamiento fiscal para las operaciones con derivados. En cuarto lugar, se debe buscar la simplificación del pago del impuesto del ICA. Por último, se propone apoyar la inclusión financiera promoviendo la aceptación de las tarjetas de crédito y débito y del dinero electrónico como medios de pago.