La construcción de vivienda es un motor determinante del crecimiento y la generación de empleo. Por esta razón, diferentes gobiernos la han utilizado para estimular la economía. Durante la última recesión en 2008-2009, el Gobierno Nacional implementó una estrategia contra-cíclica que tuvo como uno de sus bases al sector de la vivienda. Los buenos resultados de este sector en 2011, así como los observados en los dos años anteriores, son una prolongación de los efectos de esa estrategia, que se basó en el subsidio a la tasa de interés de los créditos y en los bajos niveles de ésta. En conjunto, estos dos factores impulsaron la demanda.
Siempre que hay un impulso a la política de demanda es necesario que sea acompañado por un esfuerzo similar por el lado de la oferta. En caso contrario, el desbalance puede llevar a un elevado aumento de los precios de la vivienda. En la actualidad, varios analistas y las mismas autoridades han llamado la atención sobre la posibilidad de que se esté gestando una burbuja en este mercado. Claramente este no es el caso de Colombia: el nivel de inventarios de vivienda es reducido, el endeudamiento de los hogares en vivienda es bajo, la cartera hipotecaria tiene una participación baja en la cartera total y frente al PIB y, finalmente, los niveles de cartera vencida están en su relación más baja en la historia.
Además del potencial de la política de vivienda como motor de crecimiento económico, ésta debe responder a las necesidades sociales de la población colombiana. Invertir en vivienda contribuye a disminuir la pobreza y a generar mayor estabilidad social. Esta política se basa en tres pilares: ahorro, crédito y subsidio para la adquisición de viviendas nuevas. Insuficiencias en cualquiera de los tres pilares dificultan que las familias logren el cierre financiero. En Colombia los dos primeros tienen rígidas limitaciones estructurales. Los hogares más pobres tienen una escasa capacidad de ahorro por su bajo ingreso y su acceso al crédito formal es muy difícil, por la insuficiencia de garantías e información crediticia. Por eso el subsidio constituye la variable determinante de la ecuación, que puede facilitar o no el acceso a la vivienda.
El éxito de la política del Gobierno Nacional depende de los recursos que se inviertan en el sector; del aumento en la efectividad de su desembolso, que a su vez involucra decisiones y recursos no solo del nivel nacional sino también del territorial; de que se establezca claramente la magnitud, las fuentes y los instrumentos para encausar los recursos; y de superar las limitantes que hoy enfrenta la oferta, principalmente en materia de precios del suelo urbanizado. Para facilitar la canalización y potenciar la magnitud de los recursos sería deseable, desde ya, estructurar y definir un instrumento eficiente, como lo fue el FRECH, para ser utilizado cuando el país lo requiera. Esto es especialmente cierto en la coyuntura actual, cuando existe una gran incertidumbre sobre el desarrollo de la crisis financiera en Europa y los efectos que pueda tener sobre la economía colombiana.