Una “sana” desaceleración registra la cartera de crédito, a tono con el comportamiento de la economía colombiana, que en el último año ha frenado su expansión. El miedo a contratar nueva deuda ha estado motivado por la incertidumbre de los niveles de desempleo y el ajuste de los bancos a los requisitos para nuevas aprobaciones, todo reforzado por el alza de tasas de interés y el rebrote inflacionario. “La gente está menos propensa a sacar créditos”, dice Jonathan Malagón, vicepresidente técnico de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras (Asobancaria).