La emergencia sanitaria y las consecuentes medidas de confinamiento han representado inigualables desafíos para los gobiernos y el sector privado. La banca, por su indiscutible rol en la intermediación financiera, ha dispuesto un nutrido conjunto de medidas para aliviar la carga de hogares y empresas, sin comprometer la estabilidad y solvencia del sistema dentro de un escenario de crecientes riesgos.