- Asobancaria no es un gremio que se autoproclama como un palo en la rueda ni que hace oposición. Es un gremio que hace equipo, con el poder legislativo, con la justicia, con los gobiernos subnacionales y empresarios de todos los sectores. Naturalmente, también hace equipo con el Gobierno Nacional, y escucha con atención las voces de los altos funcionarios del Gobierno.
- El 2023 fue uno de los más complejos para el sector financiero. De sus 101 años de historia, 2023 fue el cuarto de peor desempeño para la cartera crediticia. Solo los periodos marcados por las crisis de 1999, de 1982 y el desplome en los términos de intercambio por los precios del café en 1961, fueron más negativos. Esto trajo consigo que, de los 67 establecimientos de crédito, 23 registraran pérdidas; aproximadamente un tercio del sector financiero dio pérdidas el año pasado, que bordearon los 2 billones de pesos. Esto, entre otras cosas, se evidencia en las cifras de recaudo del impuesto de renta.
- A pesar de las dificultades, Colombia no está en una crisis financiera, ni lo estará. Esto gracias a (i) que los indicadores de solvencia de todas las entidades financieras de este país rebasan ya el mínimo regulatorio, que está un punto porcentual por encima del estándar internacional, a (ii) que los indicadores de liquidez se cumplen ampliamente y a (iii) que hemos adoptado con rigurosidad los estándares internacionales de regulación.
- Desde la banca queremos plantear que el fundamento de la reactivación en un país como el nuestro tiene que ser el crédito, pues lo que conecta la política con los sectores y estos con la ciudadanía son los bancos, que funcionan como canal de transmisión de todas las apuestas de recuperación. De esa manera, proponemos medidas de reactivación en tres ejes: Desarrollo Productivo, Vivienda y Sostenibilidad.
- Frente al crédito destinado a desarrollo productivo, que hoy pesa el 21% de la cartera, una cifra insuficiente, pensamos que puede crecer y alcanzar a representar al menos el 30% de la cartera en 2026. Para ello contemplamos el avance en materia de trámite simplificado para crédito productivo, la optimización de los TDA y que retomemos los fundamentos de los programas para dinamizar el redescuento.
- Queremos aumentar la cartera de vivienda, por lo menos unos 15 billones de pesos de aquí al 2026. Para ello pedimos que, desde la regulación, se permita hacer restructuraciones de crédito de vivienda sin eliminar los subsidios, y modificar el LTI para vivienda no VIS. Estas iniciativas, además, no generan presiones al presupuesto nacional. Sumado a esto, queremos que la participación de la cartera sostenible suba del 10 al 15%, para lo cual trabajaremos en la implementación del protocolo social, la estrategia para el financiamiento de biodiversidad y de adaptación, así como el aprovechamiento del potencial en energías renovables.
- Esta expansión del crédito implicará que, de aquí al 2026, pasemos del 35% de los colombianos con un crédito a por lo menos el 53%; es decir, un aumento de 18 puntos. Es un avance grandísimo en términos de justicia social y equidad, y, como si fuera poco, nos puede dar casi un punto porcentual de crecimiento adicional. Esa sería nuestra apuesta por la reactivación.