- La emergencia sanitaria causada por el Covid-19 resultó en una fuerte caída en los ingresos de los colombianos, no obstante, el crédito siguió fluyendo, respondiendo a las necesidades de liquidez y financiamiento de los hogares colombianos.
- Los niveles desembolsados en 2021 para créditos de consumo y vivienda superaron los niveles prepandemia, y los indicadores de morosidad, contrario a lo previsto meses atrás, vienen mejorando gracias a la correcta administración de riesgo de las entidades y la buena cultura de pago mostrada por los colombianos.
- El dinamismo crediticio ha significado un incremento en la carga financiera de los hogares, incluso en medio del agotamiento gradual de los ahorros que se observó durante 2021. Si bien los niveles de endeudamiento no representan un factor de vulnerabilidad para la estabilidad del sistema financiero, sí demandan un continuo monitoreo.
- El balance de riesgos para la economía está asociado a (i) la incertidumbre geopolítica internacional, (ii) los resultados de las elecciones locales y (iii) las fuertes presiones inflacionarias que ya vienen generando una mayor cautela en la dinámica de consumo. No obstante, para el sector crediticio los riesgos se mantienen acotados y la solidez del sistema financiero seguirá apalancando la recuperación económica.