• Las entidades financieras posibilitan que los agentes de la economía efectúen sus consumos, inversiones e intercambios en forma más eficiente, lo que significa que parte de la eficiencia observada en las demás actividades económicas se origina en el sector financiero, el cual les presta servicios de financiación, pagos y liquidez en mejores condiciones de costo y servicio frente a otras alternativas.
• Pese a la evidencia académica y práctica sobre los beneficios que generan las actividades financieras, estas han sido cuestionadas desde diversas vertientes del pensamiento por razones ideológicas, filosóficas y religiosas, las cuales las han proscrito o limitado.
• La neurociencia ha permitido comprender mejor por qué respondemos de manera predeterminada o preconcebida a muchos de los problemas y situaciones a las que nos enfrentamos, como lo ha sido en relación con la actividad financiera. Esto ha dado origen a ramas de estudio como la “economía del comportamiento”, que explora nuestros sesgos.