• La economía digital presupone diferentes desafíos para la estructura tradicional de la economía y la tributación no es ajena a estas nuevas dificultades que se traducen en vacíos normativos para poder gravar y prevenir que se disminuya la base sobre la que se tributa (erosión de la base), incluso ajustando el lugar de tributación a su mejor conveniencia, para obtener beneficios fiscales (traslado de beneficios fiscales.
• La mayor dificultad para la tributación de la economía digital consiste en la falta de la determinación en la clasificación de rentas de los nuevos modelos empresariales, así como la mayor presencia digital (no física) en la economía.
• En el panorama internacional se ha venido trabajando desde diferentes frentes para abordar la economía digital y lograr gravar de manera equitativa los ingresos de las empresas. Ante la falta de consenso, se han establecido múltiples medidas unilaterales que pueden resultar en la violación a los principios del libre comercio y en situaciones discriminatorias que generan doble o múltiple imposición.