La irrupción de la pandemia del covid-19 en el país, además de haber suscitado la implementación de medidas de confinamiento social por cerca de cinco meses, propició una serie de cambios en los hábitos de consumo de los hogares, así como una mayor propensión al ahorro. Estos aspectos, aunados a una contracción de la inversión y del comercio exterior por cuenta de la debilidad de la demanda externa, llevaron a que la economía se contrajera en el primer semestre a un ritmo de 7,4% anual.