• La evolución de la pandemia del COVID-19 ha afectado de manera significativa las perspectivas económicas de países desarrollados y emergentes, los cuales, además de experimentar una caída en el recaudo, producto de la reducción de los ingresos de las empresas, se vieron obligados a incrementar el gasto público en aras de atenuar los choques negativos que ha experimentado la actividad productiva.
• En el caso colombiano, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) espera una caída de 0,6 pp del PIB en los ingresos totales y un incremento de 4,8 pp del PIB en el gasto primario frente a 2019, que llevarían a que el balance primario sea de -5,0% del PIB y el déficit del Gobierno Nacional Central (GNC) se acerque al 8,2% del PIB. En consecuencia, la deuda bruta como porcentaje del PIB se incrementaría desde el 50,3% hasta bordear el 65,6% en 2020.
• Para los años posteriores, las estimaciones para el GNC respecto al balance primario, déficit total y deuda bruta como porcentaje del PIB están condicionadas a supuestos como (i) un crecimiento económico que supere al del nivel potencial (cercano a 3,3%), (ii) la eliminación del gasto contracíclico para atender la emergencia a partir de 2021 y una reducción en los gastos de funcionamiento e intereses a partir de 2022, (iii) un ajuste estructural al recaudo del 2,0% del PIB por medio de una reforma fiscal en 2022, (iv) la implementación de un programa de enajenaciones de activos en 2021 y 2022 y (v) el efecto significativo de la implementación de la factura electrónica y la modernización de la DIAN sobre el recaudo.