• Durante la etapa de mitigación del COVID-19, y con el fin de responder a la necesidad de liquidez por parte del sector productor colombiano, la industria de leasing ha ofrecido: (i) inyección de capital a operaciones existentes, (ii) operaciones de lease-back, también conocido como retroarriendo, y (iii) alternativas de arrendamiento operativo.
• El lease-back es una modalidad de contrato de leasing financiero en el que el proveedor y el locatario son la misma persona. Normalmente, esta figura es utilizada por personas naturales o jurídicas que cuentan en sus balances con activos fijos y desean obtener liquidez para utilizar dichos recursos como capital de trabajo, vendiendo estos activos de capital a las entidades financieras autorizadas para luego ser tomados en leasing. En efecto, las entidades financieras cuentan con la potestad de adquirir los activos de sus clientes y financiar nuevamente su adquisición por parte de los mismos, lo cual les permite a los clientes contar con liquidez y estructurar un nuevo plan de pagos que se ajuste a su nuevo esquema de ingresos y gastos.
• En medio de un panorama económico retador e incierto, que seguramente se mantendrá a lo largo de 2020-2021, el arrendamiento operativo será una herramienta fundamental para aquellas empresas cuya capacidad adquisitiva se ha visto deteriorada notablemente y cuyo flujo de caja libre operativo no les permite pagar altas cuotas por la financiación en la adquisición de activos. En efecto, es más probable que las empresas colombianas estén dispuestas a pagar un monto considerablemente menor por el arrendamiento de activos que les permitan desarrollar su objeto social y reconstruir el capital perdido durante la pandemia, que financiar la adquisición total de los mismos.