• El mundo se encuentra en una coyuntura particular que ha obligado a cambiar los hábitos de vida y consumo tradicionales. Tras los efectos derivados del COVID-19, revisar los propósitos de las ciudades es el mayor reto, en donde la calidad de los servicios básicos, la salud y las iniciativas de consumo sostenibles y sin contacto se convierten en prioridad.
• Los centros urbanos tienen un rol destacado. De acuerdo con la Oficina de Hábitat de la ONU, en 2017 más de la mitad del total de la población vivía en las ciudades y, de acuerdo con sus proyecciones, en 2050 esta proporción aumentará hasta 70%.
• Las ciudades inteligentes vinculan tres ideas principales: el desarrollo de la tecnología, los datos y el ciudadano, convirtiéndose en los ejes transversales del desarrollo de la ciudad. Las finanzas y los pagos digitales son uno de los principales aspectos de estas ciudades.