• La pandemia ocasionada por el COVID-19, que contabiliza más de 3 millones de personas infectadas y 200.000 víctimas, ha sido abordada por las autoridades de los países a través de medidas de aislamiento social que, aunque han ralentizado la propagación del virus, evitando un mayor colapso de los sistemas de salud, han trastocado la dinámica económica global.
• Como consecuencia, se estiman fuertes contracciones en la actividad productiva de China, Estados Unidos y la Eurozona, aspecto que, sumado a las preocupaciones sobre lo que podría ocurrir en el segundo trimestre, ha llevado a que organismos multilaterales como el FMI hayan revisado a la baja sus estimaciones de crecimiento económico para numerosos países.
• Para hacer frente a la contingencia, las economías de mayor tamaño han dispuesto paquetes fiscales contracíclicos de gran tamaño y el uso de instrumentos de política monetaria convencionales y no convencionales encaminados a atenuar la incertidumbre en los mercados y las pérdidas generadas con la crisis.