• La pandemia del COVID-19 ha afectado la dinámica socioeconómica mundial y representa un
importante reto para los gobiernos y sus economías. Las tensiones sobre los mercados globales,
derivadas de la propagación del virus y la caída del precio del petróleo, repercutieron
negativamente sobre la dinámica comercial y generaron gran incertidumbre y volatilidad en los
mercados financieros.
• El impacto del coronavirus sobre las economías mundiales ha generado que las autoridades
económicas anuncien medidas para mitigar los efectos de la crisis, entre las que se destacan: (i)
la disminución de las tasas de interés, (ii) la ampliación del alcance de las operaciones repo; (iii)
la compra de títulos de deuda pública y privada; (iv) las subastas de liquidez en moneda
extranjera y (v) la reducción del encaje bancario.
• El panorama actual hace necesario una relajación temporal de algunos requisitos
reglamentarios de las entidades financieras, especialmente los relacionados con los colchones
regulatorios de capital y liquidez. De esta forma, las autoridades están: (i) alentando a las
instituciones a desacumular los colchones de capital contracíclicos, (ii) ajustando los porcentajes
de los Activos Ponderados por Nivel de Riesgos, y (iii) eliminando la aplicación temporal de los
límites de los ratios de cobertura de liquidez.