• En los últimos años la banca ha sido testigo del desarrollo vertiginoso de tecnologías innovadoras que están transformando el modelo de negocio tradicional, permeándolo desde el nivel operativo hasta el comercial con herramientas como la inteligencia artificial (AI), el machine learning y el Big Data. Dichas tecnologías han permitido que las instituciones financieras sean más eficientes y efectivas en sus procesos y toma de decisiones, al mismo tiempo que han mejorado su capacidad para responder a las cambiantes necesidades y preferencias de los clientes, ofreciendo productos y servicios a través de canales digitales como internet y dispositivos móviles.
• En el caso colombiano se ha observado un marcado aumento en el número de operaciones realizadas a través de canales digitales. Según cifras de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC)1, de los 6.333 millones de operaciones monetarias y no monetarias llevadas a cabo durante 2018, el 58,2% fueron realizadas a través de canales digitales, lo cual representó un incremento de 27% con respecto al año 2017 y de 48% frente al 2016. Adicionalmente, se resalta el comportamiento de los montos tranzados, ya que, por primera vez durante los últimos años, el monto de transacciones por internet (COP $2.798 billones), superó el monto de transacciones realizadas en oficinas (COP$2.691 billones).
• La transformación de la banca tradicional hacia un esquema digital tanto en la oferta de productos y servicios como en la operatividad interna de las entidades financieras presenta grandes retos para la gestión de riesgos, principalmente en lo relacionado con el adecuado conocimiento del cliente, la protección de datos y los riesgos de modelo y cibernéticos. En el caso local, se identifican diversos retos relacionados con la robustez y calidad de la infraestructura digital, el fortalecimiento de la ciberseguridad, la alineación de los ajustes regulatorios con las necesidades de la banca digital y la asimetría regulatoria frente a las Fintech.