Es un hecho que entre los factores que más aportan al desarrollo socio-económico de los países está el crecimiento de las ciudades, así lo confirman datos como que el 80% de la población en Latinoamérica habita en zonas urbanas.
Ahora bien, aunque el crecimiento urbanístico representa un sinnúmero de beneficios, también trae consigo una serie de retos imposibles de obviar, entre ellos, los relacionados con el impacto ambiental. Aunque las ciudades ocupan tan sólo el 3% del planeta, representan entre el 60 y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.
La construcción de vivienda verde de interés prioritario es considerada en países desarrollados y en economías emergentes como una alternativa de mitigación frente al cambio climático y el déficit habitacional en las ciudades, convirtiéndose en una estrategia frente al inminente crecimiento de las mismas.1
La vivienda verde es una solución de adaptación al cambio climático desde los siguientes puntos de vista:
Desde su construcción:
Contemplando técnicas de diseño pasivo, un método que busca acoplar su arquitectura a las diferentes situaciones naturales, para, por ejemplo, maximizar la calefacción del lugar con energía solar y la refrigeración con ventilación natural.
También, utilizando materiales de construcción y métodos amigables con el ambiente, recursos biodegradables pero durables y sustentables, además de ahorrar y reutilizar los no renovables.
Desde el funcionamiento y mantenimiento:
Utilizando electrodomésticos de bajo gasto energético y adaptando jardines verticales y terrazas verdes que aporten a la reducción en las emisiones de dióxido de carbono.
Y es que de acuerdo al BID, en Latinoamérica la vivienda tiene un impacto ecológico directo al consumir el 42% de energía eléctrica, 21% de agua, representar el 65% de los residuos así como un 25% de emisión de Gases de Efecto Invernadero.
Ubicación de la vivienda:
La ubicación de una vivienda debería estar planeada teniendo en cuenta su cercanía con lugares determinantes en la vida de las personas como comercios, centros administrativos y lugares de trabajo, ya que los trayectos diarios y largos requieren medios de transporte, como transporte público o automóviles particulares, que generan un aumento significativo de la huella de carbono.
Además de estos 3 enfoques y para hacer realidad este tipo de construcciones, se requiere del apoyo desde la política pública con proyectos que impulsen estas iniciativas y que actúan en beneficio de una sociedad.
Le invitamos a conocer más sobre el impacto de la vivienda verde de interés social en el 8° Foro de Vivienda de Asobancaria, contaremos con la participación de La Jefe de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del BID, el Director General de Lean House, México y Sandra Forero, Presidente de Camacol, ellos nos contarán cómo impacta la vivienda social verde en la mitigación de CO2.