• La acelerada masificación del uso de nuevas tecnologías de la información ha traído consigo nuevos retos en relación con los mecanismos necesarios para mejorar la seguridad de los usuarios y prevenir fraudes. Las vulneraciones cibernéticas a gran escala se están volviendo cada vez más frecuentes, lo que puede traer consigo perjuicios que repercutan tanto en la productividad de la compañía como en costos legales, pérdidas de propiedad intelectual y daños a la reputación de la misma.
• En relación con la utilización de los mecanismos electrónicos para la realización de transacciones económicas, los desafíos en materia de seguridad son aún mayores y se constituyen en pieza fundamental para asegurar la confianza, el funcionamiento y la ampliación de las transacciones electrónicas.
• Es relevante seguir implementando nuevas tecnologías que permitan mitigar los riesgos de fraude. Sin embargo, para que las medidas de protección sean eficientes, se requiere de la participación del cliente y de todos los actores que intervienen en una transacción. Es fundamental que se siga generando conciencia acerca de la responsabilidad que tenemos todos en el uso de las TIC y en el cuidado que debemos tener con nuestra información financiera.
• Es necesario avanzar en los procesos de judicialización de los delitos informáticos. Asobancaria hace un llamado de atención en torno a la necesidad de (i) fortalecer las capacidades de las instituciones que se encargan de la investigación y la judicialización de estas conductas criminales, (ii) mejorar la cooperación y la articulación entre el sector privado y las autoridades y (iii) afianzar los mecanismos de cooperación internacional que contribuyan en la desarticulación del crimen organizado transnacional.