•La inversión en el país ha presentado un comportamiento muy volátil y su evolución se encuentra muy ligada al desempeño del ciclo económico. Así las cosas, se observa que, durante períodos de recesión, la inversión fija ha alcanzado a registrar contracciones cercanas al 30%, mientras que en etapas de dinámico crecimiento ha exhibido expansiones anuales en torno al 20%. De forma similar, la relación Inversión/PIB suele mostrar una mayor volatilidad en comparación con otros componentes del PIB como el consumo de los hogares o las exportaciones.
• A pesar de tener mayores tasas de inversión fija que otros países desarrollados y algunas economías emergentes, Colombia no ha logrado crecer a los ritmos a los que han venido creciendo dichas economías en períodos recientes. Este hecho sugiriere que: i) el país necesita mayores niveles de inversión para sostener tasas de crecimiento superiores a 3,5% y/o ii) que la inversión por sí sola no ha logrado impulsar el crecimiento en la forma esperada y que existen otros factores estructurales que limitan su crecimiento.
• A través del cálculo de la llamada “relación incremental capital/producto” (ICOR) es posible analizar el potencial de crecimiento, apalancado en inversión, que tiene la economía colombiana. A la luz de los resultados del ICOR, y bajo las condiciones actuales, Colombia no estaría en capacidad de sostener crecimientos del orden de 3,5% o 4,0% por año. Para lograrlo, el país necesitaría elevar la relación Inversión/PIB de los niveles actuales de 27% a niveles más cercanos a 29% – 33%, situación que plantea grandes retos en medio del ajustado panorama económico.
• Más allá de los ciclos y los choques externos, el país requiere de una política integral conjunta entre sector público y privado y un marco tributario amigable para atender los lastres en materia de productividad y competitividad que continúan acotando el crecimiento de la actividad productiva. Una agenda pública que supere estos obstáculos será, desde luego, de largo aliento, y por ello, el retraso de los urgentes procesos de recomposición sectorial y productiva podría terminar restando impulso al crecimiento de largo plazo.