• Los resultados del primer trimestre vinieron a corroborar los temores de que la profundidad del ajuste en materia económica será de mayor calado. Con estos resultados, y con base en nuestro modelo de equilibrio General, Asobancaria ha procedido a revisar a la baja su pronóstico de crecimiento económico para el 2017 de 2,3% a 1,8%. Este nuevo escenario nos habla de que 2017 no será el año de la recuperación, sino el periodo en el que terminará de gestarse el largo proceso de ajuste que comenzó a materializarse desde 2015. Con ello, la economía colombiana completaría cuatro años consecutivos de desaceleración.
• Si bien en el balance de riesgos actual existen algunos “vientos” favorables que podrían atenuar la moderación de la actividad productiva (la recuperación de los canales de inversión, la rápida reducción de la inflación y las mejores perspectivas sobre nuestros términos de intercambio), factores como la debilidad de la demanda interna, la baja confianza de los consumidores, la modesta recuperación de las exportaciones no tradicionales y la menor ejecución de los proyectos de infraestructura frente a los escenarios inicialmente previstos, incorporan un importante sesgo bajista en materia de actividad.
• Aunque el próximo año presentará mejores condiciones para la reactivación del consumo y la demanda interna, el ajuste de nuestros estimativos nos ha llevado a revisar igualmente a la baja nuestro escenario de pronóstico para 2018, año en el que actividad productiva presentaría un crecimiento más cercano a 2,6% que al 3,2% que veníamos señalando.
• Con estos estimativos, la brecha del producto se mantendría negativa de cara al 2017-2018. Estos resultados, junto con el mayor anclaje de las expectativas de inflación en el corto y mediano plazo, otorgan un mayor espacio para que la política monetaria haga un tránsito más acelerado hacia terreno expansivo (hoy más cerca de sus niveles neutrales).
• Si bien la disyuntiva monetaria hoy no tiene el mismo matiz de 2016, el Banco de la República tendrá, sin embargo, que continuar sopesando un escenario de débil crecimiento económico con niveles de inflación básica aún por encima del rango meta.
• Con el fin de darle celeridad al proceso de recuperación y retornar a nuestros niveles de crecimiento potencial, se requiere seguir trabajando, de manera contundente y decidida, en la superación de los lastres que aún persisten en materia de productividad y competitividad. De igual forma, se requiere reactivar los distintos canales de inversión, pues solo con tasas de inversión superiores al 30% del PIB podrá el país retomar sendas de crecimiento sostenibles y retornar a sus otrora potenciales en torno al 4,5%-5,0%.