En lo corrido de la última década, según los resultados más recientes del Índice Global de Competitividad (IGC), Colombia ha mostrado algunos progresos en el robustecimiento de la capacidad de competir de su aparato productivo. Sin embargo, sus avances se están tornando lamentablemente cada vez más modestos y su posicionamiento sigue acusando rezagos a nivel internacional. Si bien el país supera en nivel de competitividad el desempeño promedio de América Latina, aún se encuentra levemente rezagado respecto a la media de los países miembros de la Alianza del Pacífico.
• Uno de los mayores avances obtenidos en las mediciones de los distintos pilares de la competitividad en Colombia se asocian al desarrollo del mercado financiero, un avance que ha obedecido a la solidez de los bancos, a la regulación del mercado financiero y a los derechos de prestamistas y prestatarios; sobre este último punto Colombia es líder mundial desde 2015.
• Los mayores rezagos internacionales en la competitividad del aparato productivo colombiano se registran en las mediciones de la solidez institucional (agravada por la galopante corrupción) y en la eficiencia del mercado de bienes (que afecta el tamaño y la eficiencia de los mercados y retrasa la generación de valor agregado), seguidos de las falencias en materia de salud, educación primaria, infraestructura e innovación. En particular, de acuerdo con el Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial y el Doing Business, resulta preocupante el retroceso en la calidad de la logística durante los últimos años.
• A nivel regional, los análisis indican que para propiciar mayores avances en materia de competitividad resulta prioritario focalizar las políticas públicas hacia el fortalecimiento de las herramientas para la innovación, sofisticación y la eficiencia productiva. Lo anterior, debido a que a través de dichos pilares se puede contrarrestar con mayor rapidez los sobrecostos que generan los factores idiosincráticos de la economía colombiana.
• Con el nivel actual de competitividad, la posibilidad de aprovechar todos los potenciales económicos que se podrían generar en los años venideros se encuentra diezmada, precisamente porque es en las zonas rurales donde la capacidad de competir con el mundo es menor. En este sentido, el principal reto para la política pública está en disminuir los sobrecostos que tienen que asumir los proyectos por el hecho de realizarse en Colombia (“costo Colombia”) y en obtener provecho de los importantes avances que se han dado en materia de estabilidad macroeconómica y desarrollo del sistema financiero.