- Cumplir la meta establecida en el Plan Nacional de Desarrollo de lograr que en 2018 el 84% de la población adulta tenga al menos un producto financiero, requiere incluir financieramente a 3,4 millones de personas en los dos años siguientes. Estas personas, en su mayoría hacen parte de los estratos socioeconómicos 1 (entre 0,3 y 0,9 millones), 2 (entre 0,4 y 1,2 millones) y 3 (entre 1,2 y 2,7 millones), quienes requieren productos y servicios financieros costo-eficientes que las innovaciones tecnológicas prometen.
- La banca digital es un aliado estratégico para lograr una mayor inclusión financiera, al ofrecer acceso omnipresente, bajos costos, altos niveles de seguridad y mejoras en la productividad. Vale la pena decir que la tecnología no solo significa nuevos productos o servicios; también implica el mejoramiento y/o transformación de canales y productos existentes.
- Lograr que se concreten las oportunidades que promete la banca digital plantea retos claves para articular los aportes de los actores involucrados. En primer lugar, es clave que el sector público garantice que la regulación mantenga un balance entre los nuevos requerimientos del mercado, la estabilidad del sistema y la protección a los consumidores. En particular, es fundamental asegurar los principios de internet abierto y de neutralidad de la red para las aplicaciones del sistema. La banca tradicional y los nuevos jugadores, por su parte, se enfrentan al desafío de innovar competitivamente y establecer asociaciones constructivas que permitan la creación de soluciones interoperables que faciliten el uso entre los consumidores. Asimismo, deben prepararse para responder a la nueva demanda de manera eficiente, pues los nuevos nativos digitales serán los consumidores del futuro.
- Llenar los vacíos en materia de educación finaanciera y superar ciertos miedos respecto al uso de la tecnología en sus productos financieros es también crucial para alcanzar las metas trazadas. Según una investigación de la Comisión de Regulación de las Comunicaciones, en 2015 solo el 12% de los consumidores realizaron transacciones bancarias desde su celular. Avanzar en todos estos frentes luce imperativo si queremos darle celeridad a la inclusión financiera.