• En medio de la coyuntura económica actual, el anhelado proceso de re-composición productiva, tan necesario para encaminar el crecimiento económico hacia sus potenciales, no ha sido inmediato. Existen, sin embargo, varias medidas que pueden reducir el periodo de transición: i)aumentar la provisión de bienes públicos encaminados a mejorar la productividad del país, como la construcción de infraestructura, vías terciarias, entreotras; ii)elevar la relación capital–trabajo en los sectores transables de baja tecnificación y; iii)ajustar la estructura tributaria del país de forma que garantice una mayor competitividad del sector productivo y resulte más favorable a la inversión.
• La mayor inversión que requiere el país debe estar sustentada en un mayor ahorro doméstico. No obstante, las perspectivas en materia de ahorro no son muy alentadoras. En efecto, la contracción esperada en el ahorro público no será compensada por el ahorro privado. De otro lado, dados los niveles actuales de déficit en cuenta corriente, el ahorro externo tampoco podrá seguir financiando los actuales niveles de inversión. En este escenario, el incremento en los niveles de ahorro doméstico luce apremiante.
• Los hábitos de ahorro de los colombianos son bastante ilustrativos. Encuestas recientes revelan que cerca del 63% de las personas ahorra en efectivo, un medio que impide la canalización de los recursos del ahorro hacia la inversión y aumenta el riesgo de hurto o pérdida para los ahorradores. Aunque en principio estos resultados lucen negativos, también constituyen una importante oportunidad para aumentar el ahorro que se transforma en inversión. También cabe resaltar que pese a la regulación y al alto riesgo que suponen estos mecanismos, el 4,9% recurre a las conocidas cadenas de ahorro.
• Formalizar el ahorro en Colombia es parte de las tareas pendientes. Sus beneficios en materia de reducción de la informalidad son importantes en la dinámica de la inversión. El ahorro formal, que se traduce en una fuente de información financiera, genera efectos virtuosos en materia de crédito. En efecto, la mayor información asociada a la formalidad le permite a las entidades bancarias incrementar el crédito en sectores antes poco visibles, profundiza el mercado de crédito, y contribuye al crecimiento y al desarrollo económico.
• Si bien el reto en el corto plazo consiste en el aumento del ahorro formal y en la reducción del informal, en el largo plazo el objetivo es lograr que tanto los hogares y las empresas, así como el Gobierno, aumenten sus tasas de ahorro, lo que permitirá incrementar la tasa de autofinanciamiento de la inversión nacional y reducir la dependencia al crédito externo.