Las tasas de las tarjetas de crédito, que en junio del 2011 llegaron a ser, en promedio el 100 por ciento de la tasa de usura, se vienen alejando de ese techo y en la actualidad son el 93 por ciento de la tasa máxima permitida por la ley. Así se desprende de los registros de la Superintendencia Financiera, y es el argumento de Germán Montoya, director económico de Asobancaria –gremio de entidades financieras– frente a las preocupaciones de comerciantes luego de conocerse el incremento en la usura, de 30 a 32,01 por ciento, para préstamos distintos a microcrédito. (…) Cada banco tiene sus propias políticas de riesgo de crédito. A partir de allí se genera competencia sana, y una de las formas de competir es a través de las tasas de interés. En la medida en que se tiene un mercado tan competido como el colombiano, los aumentos en las tasas del Emisor nunca se van a ver reflejados en la misma proporción que la usura. Podemos asumir los costos que ello implica por competencia sana, solidez. Nos interesa mantener la cuota de mercado.