Las noticias sobre la inflación de mayo en Colombia generaron sorpresa, no solo porque alcanzó el registro más alto de los últimos años, sino porque, quizás como lo más inquietante, se ubicó por encima de las expectativas del mercado. La inflación anual llegó a 8,2%, registro sobre el cual no se tenían antecedentes desde 2001. Este elevado nivel de inflación, aunado al desanclaje de las expectativas y a la actual desaceleración económica, continúan siendo factores que revisten gran complejidad sobre el accionar del Banco de la República (BR). (…) Precisamente, el Índice de Condiciones Monetarias (ICM), calculado por Asobancaria, sugiere que aunque las condiciones monetarias y cambiarias actuales siguen siendo expansivas para la actividad económica, dichas condiciones ya empezaron a dar un viraje hacia terreno neutral o incluso contractivo para el próximo año dados los menores ritmos de devaluación previstos. De esta manera, incrementos muy superiores al 7,5% en la tasa de política monetaria en el corto plazo podrían acelerar el tránsito del ICM hacia la zona de desestímulo económico, lo que iría en contravía de la naturaleza contracíclica de la política monetaria.