La tendencia a la reducción de la pobreza en Colombia durante más de una década ha sido una de las mayores conquistas del país en el frente social. Aunque hoy parezcan lejanas las tasas cercanas a 50% del índice de pobreza monetaria, el país no puede darse el lujo, y menos de cara al posconflicto, de dar tregua en este frente. Un crecimiento económico de carácter sostenido e incluyente es la principal arma de la política económica moderna para combatir la pobreza. (…) Sin embargo, a raíz de la nueva realidad económica, aquel referente de 5% como crecimiento potencial de Colombia ha ido perdiendo aparente vigencia, y son claras las amenazas que afectan su consecución. Unas amenazas que bien pueden ser resumidas en las cinco preocupaciones que fueron señaladas por Asobancaria en la pasada Convención Bancaria.