En medio del actual contexto de riesgos y turbulencias locales y externas, el sector de la construcción, en particular el de edificaciones, ha logrado mantener ritmos de crecimiento anual promedio superiores al 5%, ritmos que han contribuido a generar un mayor impulso en la dinámica económica.
El comportamiento del sector se debe en buena parte a los apoyos gubernamentales a través de los programas de promoción de acceso a la vivienda propia. Estas iniciativas del Gobierno Nacional han operado sobre la base de que los incentivos a la adquisición de vivienda son herramientas de largo alcance que abordan simultánea y estratégicamente los objetivos de desarrollo social y reactivación económica.
La superación del déficit habitacional, que actualmente se ubica en valores cercanos a 9% en términos cuantitativos y 15% en términos cualitativos, así como la provisión del apalancamiento que requiere un sector cada vez más amplio, exige repensar la estructura institucional actual de forma que se preserve la estabilidad financiera del sistema de crédito hipotecario a la vez que se promueva su capacidad de crecimiento en el futuro.
Los mecanismos de acceso a la liquidez resultan fundamentales para las entidades que ofrecen préstamos de vivienda, dado que la originación de créditos hipotecarios se encuentra altamente regulada mientras que las fuentes de financiación de estas operaciones permanecen expuestas a las condiciones del mercado. En este contexto, estudiar medidas que reactiven la titularización de la cartera hipotecaria y establezcan otras facilidades de liquidez resulta importante no solo para favorecer el cierre financiero de los hogares de menores recursos, sino para incrementar la escala de producción del sistema y aumentar la estabilidad del sector en materia de condiciones de financiamiento.
Los incentivos tributarios revisten gran importancia para el funcionamiento del sector. La nueva reforma tributaria estructural que será discutida en el segundo semestre de este año deberá considerar con gran atención las ventajas que estos incentivos conllevan y las graves consecuencias que su eliminación generaría sobre la dinámica del sector de vivienda.