Un reto que se volvió imperativo desde el reciente choque petrolero es el fortalecimiento y diversificación de la estructura productiva del país con el propósito de reducir su vulnerabilidad frente a los ciclos mundiales de los precios de los bienes básicos. Una de las actividades que está llamada a ser protagonista dentro de esta recomposición es la industria manufacturera debido a su capacidad para generar empleo y por el amplio espectro que la caracteriza respecto a los encadenamientos productivos que puede formar con otros sectores de la economía. En este sentido la banca seguirá apalancando el proceso de recomposición que requiere el país.
Persisten serias preocupaciones sobre los obstáculos que pueden restarle impulso al proceso de recomposición sectorial. Los más notorios provienen de los atrasos en materia de competitividad respecto a la infraestructura, el sistema tributario y varios aspectos institucionales. Teniendo en cuenta que estos obstáculos provienen de numerosas y diversas causas, su solución no responde a una estrategia o política única, para solventarlos deberá surtirse una correcta y precisa articulación de estrategias que, tanto el sector público como el privado, deben llevar a cabo de manera integral.
El reciente comportamiento de la producción industrial viene dando señales positivas, las cuales se sustentan más en la demanda interna. Las exportaciones siguen presentando deterioros marcados a pesar del incentivo cambiario. De allí la necesidad de avanzar en la resolución de los obstáculos en materia de competitividad a nivel país, los cuales merman la capacidad del sector, el aparato productivo colombiano y las potencialidades que brinda el comercio internacional en el mediano y largo plazo.
Las estimaciones y proyecciones de Asobancaria sugieren que el PIB industrial habría crecido por el orden del 0.8% en 2015. Para 2016 y 2017, el PIB del sector estaría creciendo a tasas de 5.1% y 7.5%, respectivamente. Nuestras proyecciones también indican que un aumento de 1% en el PIB industrial impactaría directamente el número total de ocupados cinco trimestres después de surtirse esta variación, incrementándose en un 0,78%. A su vez, la tasa de desempleo se reduciría en 0,21 puntos porcentuales.