A pesar de que el país goza de un marco de política sólido y una prudente gestión de la política macroeconómica, que ha mejorado su desempeño y propiciado cierta estabilidad, es importante tener en cuenta que la economía no se encuentra exenta de los riesgos externos y locales. Por esta razón, en Asobancaria hemos considerado necesario crear un Indicador de Riesgo Macroeconómico (IRMA) que nos permita ponderar las fuentes de inestabilidad y evaluar los niveles de riesgo que enfrenta la economía.
Los riesgos que se plantean para la economía colombiana en 2016 provienen de la desaceleración de la actividad económica de China, del descenso del precio de las materias primas, de la débil recuperación de las economías desarrolladas, principalmente en Europa, la menor laxitud de la política monetaria en Estados Unidos y sus efectos sobre el financiamiento del déficit en la Cuenta Corriente. A nivel local los riesgos corren por cuenta de un incremento en la intensidad y duración del “Fenómeno del Niño”, todo ello sumado al endurecimiento de la política monetaria local y su consecuente efecto sobre la demanda interna.
Una vez dirimidas las diversas señales de las variables que alimentan nuestro indicador en las últimas dos décadas, nuestro IRMA refleja las condiciones de la coyuntura actual y nos muestra incrementos en los niveles de tensión desde mediados del 2015, periodo a partir del cual los desbalances, asociados a la nueva realidad del petróleo y a las nuevas condiciones de crecimiento y liquidez mundial, se han hecho más notorios. El escenario pesimista nos señala que las condiciones externas podrían deteriorarse de manera dramática si varios de los riesgos aquí señalados se agudizan.
Para mitigar los riesgos es necesario que las decisiones de política económica encaminadas hacia acciones contracíclicas se anticipen a los escenarios de tensión económica. Para ello, desde el frente fiscal es necesario que el país cuente con una reforma tributaria estructural pro recaudo y que no trunque la capacidad de las firmas para consolidar y expandir la inversión. Por otro lado, es importante que el Banco de la República continúe ratificando sus credenciales anti-inflacionarias con el fin de que la inflación comience a converger a la meta de largo plazo.