El año pasado la economía colombiana experimentó importantes acontecimientos adversos en varios frentes que enmarcaron la actividad productiva y el desempeño de la banca colombiana. Pese a ello, el sector supo sobrellevar esta dura prueba y continuó aportando a la estabilidad macroeconómica del país.
Los riesgos que enfrenta la economía colombiana y el sector bancario este año no son menores. A nivel interno una creciente tasa de desempleo, mayores tasas de inflación y una política monetaria menos laxa configuran un panorama duro y complejo. A su vez, el entorno internacional plantea nuevos retos por cuenta de la persistencia del choque petrolero, la devaluación del tipo de cambio, el riesgo país y las moderadas perspectivas de crecimiento para las principales economías del mundo. De allí que sea de la mayor importancia poder cuantificar qué tanto puede aumentar el nivel de tensión al que se enfrentará durante este año el sector con el propósito de superar con el mayor éxito este panorama.
De acuerdo con el Indicador de Alerta Bancaria (IAB), compuesto por las principales variables macroeconómicas y financieras, tal como lo esperaba Asobancaria en 2015 el nivel de alerta macrofinanciero alcanzó un valor levemente superior al 50%, situándose en el umbral de riesgo medio-alto. Este resultado fue superior al observado en diciembre de 2014 y respondió al efecto generado por deterioro en las condiciones económicas del país y la pérdida de dinamismo en algunas de las principales variables financieras.
Para 2016, el escenario base del IAB alcanza un valor que ronda el 60%, razón por la cual este índice permanecería en el rango de riesgo medio-alto. Asimismo, aun en las condiciones más adversas el IAB se encuentra muy lejos de enfrentar niveles de riesgo similares a los de la crisis de los noventa, e incluso en términos comparativos con lo ocurrido en la crisis financiera mundial de 2008-2009 no se observa que se generen los mismos niveles de tensión, periodos en los cuales se alcanzó el riesgo alto en el indicador.
La banca no desconoce los retos que se avecinan este año, por lo cual es posible afirmar que cuenta con las herramientas para enfrentar de manera exitosa la desaceleración de la economía colombiana. La solidez del sector y su estabilidad, dos características forjadas durante años, permiten ratificar que la banca está preparada para mitigar los riesgos y conservar la sostenibilidad y relevancia de su actividad en la economía colombiana.