Durante los primeros nueve meses del año 2015, el PIB agropecuario creció 2,9% comparado con el con el mismo periodo de 2014. A pesar de la variación del PIB en el sector, reportada al tercer trimestre de 2015 y que en su momento produjo mayor optimismo; la SAC mantiene su estimativo de crecimiento agropecuario entre 2.5% y 3% al finalizar este año.
La actividad agropecuaria colombiana en 2016 podría estar creciendo en su conjunto entre un 1% y 2% como resultado de la dinámica de la actividad cafetera, y en menor proporción, del ingreso a producción de áreas de cultivos de ciclo largo. Según el 3er Censo Nacional Agropecuario, del total del área rural en Colombia, sólo hay 7 millones de hectáreas cultivadas, lo que equivale al 6,3%.
¿CUÁLES SON LAS PROYECCIONES DEL SECTOR AGROINDUSTRIAL EN COLOMBIA?
Según el Fondo Internacional para Desarrollo Agrícola (FIDA), la proyección de alimentos en países en desarrollo deberá duplicarse para 2050 debido al crecimiento del ingreso disponible de las economías emergentes, la mejora en la calidad de dieta y el crecimiento en la población mundial, que alcanzará las 9.000 millones de personas.
Ante este contexto, el país cuenta con una situación privilegiada para incrementar su producción agrícola, pues dentro de las proyecciones está el convertirse en una de las grandes despensas del mundo, ya que es uno de los siete países en Latinoamérica con mayor potencial para el desarrollo de áreas cultivables según la FAO.
El ministro de Hacienda estima que en el 2016 no habrá una caída fuerte de la demanda agregada. Asimismo, el gerente del banco de la República, José Darío Uribe, cree que el desempeño para el año que viene será superior al registrado en el 2015, que en concepto de la entidad, se ubicará en 2,8 por ciento.
Adicionalmente, el arranque de la construcción de las primeras concesiones viales de cuarta generación se ha convertido en la esperanza para volver a reavivar la economía colombiana, que permitirán el transporte de maquinaria y materia prima a zonas difíciles de penetrar en el país.
El mayor reto para la banca colombiana está en desarrollar nuevas líneas de crédito, con el objetivo de fortalecer la competitividad y la asociatividad en el desarrollo agropecuario, y la complementariedad entre pequeños productores e integradores con capacidad para fomentar el desarrollo del sector.
Sin duda el financiamiento es una de las herramientas más dinamizadoras de la inversión en el campo, que junto con la iniciativa privada, modernización y masificación de los medios de pago electrónicos y el acompañamiento de la política gubernamental, le permitirán a Colombia enfrentar los grandes retos, desafíos y oportunidades que se presenten.
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