• En Colombia, tan sólo durante las últimas dos décadas se han realizado diez reformas tributarias, de las cuales tres se han aprobado en el último lustro. Este volumen tan excesivo y frecuente aviva el debate público sobre la verdadera capacidad del sistema tributario colombiano para generar ingresos fiscales de manera eficiente, progresiva y sostenible en el largo plazo. Si bien es imperativo que el gobierno garantice la adecuada obtención y asignación de los recursos para su funcionamiento, este principio no puede ir en detrimento de la eficiencia de los mercados y de las iniciativas privadas que favorecen el desarrollo económico.
• La Comisión de Estudio del Sistema Tributario (CEST), creada mediante la Ley 1739 de 2014 para analizar el sistema actual de impuestos en Colombia y avanzar en reformas para promover su equidad y eficiencia, presentó la semana pasada, después de tres meses de trabajo, su primer informe sobre el estado actual del sistema tributario colombiano. El reporte está compuesto por dos bloques de estudio: el diagnóstico del sistema tributario colombiano y el análisis sobre el tratamiento fiscal de las Entidades Sin Ánimo de Lucro (ESAL) y los impuestos territoriales. Las principales problemáticas consisten en la poca capacidad para generar los ingresos tributarios que requiere el país, la precaria progresividad de la estructura impositiva y la ineficiencia tributaria que recarga los impuestos sobre las empresas. El diagnóstico realizado por la CEST es explícito en mencionar que los recursos adicionales que necesita el Gobierno en 2018 son del orden de 1,5% del PIB, los cuales se espera que aumenten progresivamente hasta llegar a 3,3% del PIB en 2020.