En nuestro país se han hecho observaciones y comentarios sobre la banca basados en percepciones según las cuales su rentabilidad es muy alta. Esas observaciones y comentarios con frecuencia se basan en datos errados sobre la rentabilidad bancaria, o son incapaces de interpretar de manera adecuada el significado de los indicadores de rentabilidad. Para comenzar, en Colombia es usual hablar de las utilidades absolutas de la banca, sin compararlas con los niveles de patrimonio o de activos que hay comprometidos en la industria. Y en segundo lugar, cuando se habla de las utilidades en relación con el patrimonio o los activos, se falla en percibir los niveles de riesgo a que está sometida la banca colombiana.
En esta Semana Económica mostramos que, cuando se involucran las consideraciones de riesgo, primero, los indicadores de rentabilidad, aunque siguen saludables, no son tan altos como lo percibe la opinión pública; y segundo, los niveles de riesgo que enfrenta la banca colombiana son considerables. Dada la relación que existe entre riesgo y retorno, la rentabilidad que se observa es consistente con una industria que opera de forma saludable en un entorno incierto.