Un análisis de los indicadores sobre concentración, eficiencia y competencia de la base de datos utilizada en el Reporte de Desarrollo Financiero Global de 2013, del Banco Mundial, lleva a Asobancaria a concluir que la concentración en la industria bancaria colombiana es baja y que sus márgenes de intermediación y su rentabilidad están en el promedio latinoamericano, con una clara tendencia a converger a los de los países de ingreso medio alto y alto. Una mirada retrospectiva nos permite establecer que en el preludio de la última crisis financiera internacional, los márgenes y la rentabilidad de nuestros bancos estaban en los promedios de las economías de ingreso medio alto y, en el caso del ROE, inclusive en la media de los países de ingreso alto. En nuestra opinión, como efecto de esa crisis, la rentabilidad en esas economías disminuyó más rápido que en Colombia, de manera que en una comparación reciente la de la banca nacional resulta más alta. Sin embargo, creemos que en lugar de constituir una evidencia de su falta de competencia, esa rentabilidad es un síntoma de la fortaleza y resiliencia de los bancos colombianos, que les permitieron sortear esa crisis sin traumatismos mayúsculos. Gracias a esa solidez, el crédito no se congeló y pudo financiar la dinámica reactivación de la actividad económica doméstica en la post crisis.
Con base en el estudio de esos indicadores se puede afirmar que la competencia que tiene lugar en la industria bancaria nacional es intensa, comparada con la que impera en el resto del mundo. Por este motivo, en nuestro criterio, en el mediano plazo la rentabilidad y los márgenes de intermediación de nuestra banca tienen tendencias decrecientes, mientras que su eficiencia mejora y converge hacia los estándares internacionales más exigentes. El descenso en la rentabilidad y la mejora de la eficiencia, logradas gracias a la intensificación de la competencia, aumentan el bienestar de nuestro consumidor financiero.
La percepción de que la rentabilidad de la banca colombiana es alta como consecuencia de su elevada concentración, de la falta de competencia y de su ineficiencia es infundada. Se basa en una imprecisión del Fondo Monetario Internacional, en su evaluación de la estabilidad del sistema financiero colombiano. En ella el FMI comenta que el ROE en Colombia ha fluctuado alrededor de 26% desde 2005. Esa opinión no es exacta. Cálculos de Asobancaria, basados en las cifras de la Superintendencia Financiera (SFC), muestran que el ROE fluctuó alrededor de 26% apenas durante seis meses en 2005. A partir de ahí cayó 1000 puntos básicos, para descender a 15,2% en marzo de 2013.
Si el ROE se hubiera quedado en 26%, con el patrimonio actual del sistema bancario (COP 41,9 billones en marzo de 2013) sus utilidades anuales serían COP 10,9 billones, en lugar de COP 6,3 billones, que corresponden al valor actual de 15% de ese indicador. La diferencia (COP 4,6 billones) constituye una mejora en el bienestar de los usuarios de la banca colombiana, lograda gracias a la intensificación de la competencia.