A principios de 2012 el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) y la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés) recomendaron que las Infraestructuras del Mercado Financiero (FMI, por sus siglas en inglés) deberían acceder a las líneas de liquidez que ofrecen los bancos centrales, con el fin de que estas instituciones cuenten con los suficientes recursos para mitigar los riesgos en situaciones de estrés y se asegure la operatividad del sistema de pagos.
Esta propuesta nace en respuesta a las inquietudes que se generaron después de la crisis financiera que comenzó en 2008, debido a que el mercado no contaba con la suficiente claridad sobre los mecanismos que podían utilizarse para asegurar el suministro adecuado y rápido de liquidez en situaciones de estrés financiero.
En la actualidad las recomendaciones realizadas por el BIS y IOSCO comienzan a ser aplicadas en distintos países, entre los cuales se destaca la Unión Europea (UE). Esta incorporó dentro de su reforma financiera la posibilidad de que los sistemas de compensación y liquidación de pagos tengan acceso a los recursos del banco central, convirtiendo a este último en un proveedor liquidez para ellos.
A pesar de su relevancia, esta iniciativa no se ha discutido el ámbito local, donde su implementación sería de gran utilidad. En Colombia se cuenta con reglas que obligan a los intermediarios financieros a enviar las operaciones que se realizan a través de los sistemas transaccionales en divisas y derivados a las cámaras de compensación y liquidación. También se obliga a las cámaras a contar con proveedores de liquidez de recursos en pesos y en dólares. La integración del Banco de la República (BR) como proveedor directo de liquidez de última instancia a este sistema, aseguraría su plena operatividad en coyunturas de estrés financiero.
Este tipo de recomendaciones pueden ser acogidas teniendo en cuenta que actualmente los sistemas de compensación y liquidación, en especial para el caso de las divisas, le permiten a los intermediarios del mercado cambiario (IMC) mitigar los riesgos derivados de las operaciones de cambios celebradas en los sistemas de negociación. Adicionalmente, la posibilidad de contar con una mayor cantidad de proveedores de liquidez le permitiría al mercado mejorar sus tiempos de respuesta y disminuir sus costos, lo cual se traduciría en un incremento en eficiencia y transparencia.
Adoptar este tipo de estándares podría convertir al sistema financiero colombiano en un referente para la región y en un ejemplo para la administración integral de riesgos.