En 2010 la economía colombiana se reactivó más rápido de lo previsto. Basada en la expansión del gasto doméstico, sobre todo en la recuperación del privado y en el repunte del consumo de los hogares, la reactivación luce sostenible por el lado de la demanda. Liderada por la minería y la industria, con excepción del agropecuario, la reactivación es generalizada, por lo cual parece sostenible también por el lado de la oferta. Asobancaria estima un crecimiento del PIB de 4,5% en 2010 y una leve desaceleración a 4,3% en 2011, por el tránsito de las políticas monetaria y fiscal a unas posturas menos estimulantes y por la ralentización del crecimiento mundial, prevista por los organismos multilaterales. La expansión de la producción doméstica en 2011 enfrenta dos amenazas, cuya probabilidad es baja. La primera es una moratoria de deuda soberana en Europa, que perturbe la estabilidad financiera internacional, lleve a las economías avanzadas a una recesión de doble fondo y contagie a las emergentes. La segunda es una catástrofe mayor que la ocasionada hasta ahora por el invierno, que tenga unos efectos devastadores sobre el sector agropecuario y la infraestructura nacional, obstaculizando la producción y el transporte interno de bienes y servicios.
La mayor actividad doméstica contribuyó a dinamizar la generación de empleo en 2010. Debido a las rigideces estructurales del mercado laboral colombiano ─como la inflexibilidad a la baja del salario real y los altos costos laborales no salariales─, la mayor parte de ese empleo fue informal. Como el crecimiento se prolongará, pero no se removerá esas distorsiones, Asobancaria prevé una modesta caída de un punto adicional en el desempleo en 2011.
La inflación resultó sorprendentemente baja, gracias a la estabilidad de la de bienes no transables, a la deflación de los transables ─precipitada por la apreciación del COP─, al anclaje de las expectativas y a un exceso de oferta de alimentos por el cierre del mercado venezolano. En el último bimestre los efectos del invierno sobre la producción de alimentos han generado presiones inflacionarias inesperadas. Asobancaria cree que éstas serán moderadas, de manera que prevé que la meta será alcanzada nuevamente en 2011.
Asobancaria estima que la tasa de intervención deberá subir 100 pb el año entrante, para moderar la valorización de los activos domésticos y prevenir brotes inflacionarios y desbordamientos del crédito hacia el final del año y en 2012, cuando se haya cerrado la brecha del producto.
Aunque la mayor actividad deteriorará el balance en cuenta corriente, un abundante flujo de financiación externa mantendrá la fortaleza del COP en 2011.